Sobre Corazón de Salvia

 

Partimos de la premisa que el textil es uno de los rasgos más importantes de la cultura chiapaneca, pues en él se encierra el conocimiento transmitido de generación en generación, y en sus bordados se retrata la historia de un pueblo a través de sus símbolos. La historia de los diseños de Corazón de Salvia inicia en 2014, cuando su fundadora YesSa Blanca SE, inspirada en estos bellos bordados y tejidos, así como en las enseñanzas recibidas en la comunidad Comca’ac de Punta Chueca, Sonora y haciendo honor a la planta sagrada de esta nación: la salvia; confecciona el primer Corazón de Protección. Dando pie también, al nombre de la marca. Este corazón fue elaborado con un telar bordado con flores de la región de Zinacatan, Chiapas; como complemento, un colgante de pompones de la región de San Juan Chamula, Chiapas; y, al interior, salvia blanca de California, lavanda cultivada orgánicamente y cuarzos. La intención es que estos corazones sean más que un simple adorno convirtiéndose en un protector o talismán por las propiedades terapéuticas y sanadoras que contienen. Posteriormente se incluiría simbología más específica en los bordados. Estos símbolos y colores van correspondiendo a la frecuencia del año y lo que como humanidad vamos requiriendo.

Pasado un tiempo, se pensó en un artículo en el que pudiéramos portar energía propia y única que reflejara nuestra personalidad. Así, nació la idea de los morrales con bordados de animales de poder; mismos que nos conectan con nuestras raíces, con la química de nuestra personalidad, nos aportan identidad, conciencia y florecimiento de la memoria ancestral.

Desde el inicio, la fusión de diversos elementos de los pueblos originarios ha marcado la diferencia en nuestros diseños. En un mismo corazón o morral podemos incluir elementos tzotziles, yoremes, comca’ac, wirarikas o rarámuris, por mencionar algunos.

A partir de los corazones y morrales hemos ampliados nuestros diseños, confeccionando brazaletes, collares, pectorales, colgantes, etc. Siempre pensando en la armonía, paz, tranquilidad, felicidad, abundancia, etc., que estos nos puedan aportar. Todos los objetos son intencionados con oración y decretos para lograr este propósito.